Preparas para donde dormir durante tu próximo viaje: dormir en casa de una persona local VS hotel. Un duro combate

No sé ustedes, pero a mí me encantó la épica batalla viajar sola VS viajar con amigas que nos presentó Fanny. Así que volvamos a encontrarnos hoy si quieres saber para donde dormir, una nueva batalla a mi manera: Dormir en casa de una persona local VS hotel.

Coge tus guantes de boxeo y elige tu bando. Estas dos formas de viajar tienen preparados sus mejores ganchos para ti.

¿Quién crees que ganará?

Abriendo las apuestas en 3,2, 1…

Primera ronda decisiva para donde dormir: ¿Con quién voy a ahorrar más dinero?

El hotel ataca este primer asalto con fuerza:
Has tardado tres semanas en encontrarlo, pero ya has reservado tus noches en un hotel perfecto. Piscina, jacuzzi, buffet libre, todo está allí, seguro. Por otro lado, la mitad de tu presupuesto para el viaje ha sido gastado... "En fin, qué pena que descubras un poco menos la ciudad y disfrute un poco más de la piscina".

Niños berreando, buffet nada impresionante, ah claro, este hotel es toda una pasada... y encima acabas con la cartera vacía por el resto del viaje. Si comparas el precio del viaje con el placer que te habrá proporcionado, puede que no haya sido la mejor opción. Después de todo, estoy de acuerdo, no todos los hoteles son así.

Veamos cómo dormir en casa de una persona local va a responder a su atacante, y a ti que té preguntas para donde dormir:

Alojamiento gratuito y auténtico. Descubrir todos los rincones de la ciudad, hacer paracaidismo para ver el cielo más de cerca, o ir a un restaurante de cinco estrellas con degustación de marisco. Ya no te privas de nada y tienes razón, con lo que has ahorrado en el alojamiento, ¡para qué molestarse! (Dicho esto, te recomiendo que te lances en paracaídas ANTES de la degustación de ostras...).

Si todavía no estás segura de a quién conceder el premio, aquí tienes un testimonio de Katia sobre su estancia en Marruecos que debería convencerte:

"Después de una organización bastante mal gestionada, me encontré sin alojamiento a una hora bastante tardía. Por supuesto, no quería pasar la noche fuera y me fijé en una persona que se había parado en la acera de enfrente. Se acercó y entendió mi situación, se ofreció a alojarme.
Cuando entré en su casa, enseguida me di cuenta de que él y su familia vivían de forma bastante modesta y que eran muchos. Sin embargo, eso no le impidió ofrecerme un techo para pasar la noche y hacerme un hueco, por mucha gente que hubiera. Me pareció muy atento y reforzó mi creencia de que no todos los humanos son tan malos como se podría pensar.”

Y eso es una canasta de tres puntos para dormir en casa de una persona local... Eh no partido equivocado lo sentimos, el hotel se cayó en esa primera ronda, pero se levantó, listo para la pelea y saber para donde dormir.

¿Lista para una segunda ronda?

Segunda ronda: Ser o no ser organizada

El hotel, recién recuperado de su primer asalto, ya está al ataque para la segunda ronda. ¡La tensión es palpable en el ring! ¿Quién dará el primer golpe?

En este punto, el hotel parece bastante sereno. ¿Planeas un viaje en el último momento y no sabes para donde dormir? Seguramente encontrarás una habitación de hotel disponible. ¿Una cancelación de tu anterior alojamiento? De nuevo, habrá un hotel esperando por ti. Buscar un alojamiento con un local en el último momento se vuelve un poco más complicado...

Si tu anfitrión no responde a los mensajes o no se conecta a la plataforma desde hace una semana, es seguro que la organización no va nada bien. Necesitas un plan B a toda prisa, pero no hay ningún otro anfitrión disponible para recibirte. Vas a Internet para encontrar un buen plan de última hora. ¡Un milagro, un hotel cercano al centro estará encantado de recibirte!

Fabienne, una viajera experimentada, presente entre la multitud, incluso comparte su experiencia con nosotros:

"Me gusta tener la opción de salir de viaje cuando se me antoja, aunque sea la víspera del día siguiente. El problema es que siempre hay que avisar con al menos una semana de antelación cuando se quiere estar con un anfitrión local para que este pueda organizarse. Esto es comprensible, pero sigue siendo bastante restrictivo. Mientras que, si busco un hotel, incluso durante el día para la noche, estoy segura de que siempre encontraré un lugar para dormir".

En esta ronda no hay duda de que el hotel gana con creces.

Tercera ronda: ¿Qué pasa con lo de compartir?

Uno a uno después de esta segunda ronda. La pelea está apretada así que no nos demoremos más, ¡aquí viene la tercera ronda!

Es aquí donde dormir en casa del habitante local comienza a escuchar la aclamación del público. El hotel recibe un golpe de moral y por una buena razón... nunca había tenido tantas interacciones. Por su parte, está demasiado ocupado y en constante movimiento para dedicar tiempo a su público.

Cuando vas a dormir a la casa de un anfitrión local, este quiere que nos sintamos a gusto, su deseo es ayudarnos en nuestro viaje, conocernos, inspirarnos en lo que hacemos y compartir con nosotras. En general, es un éxito, sentimos que podemos preguntarle todas nuestras dudas sobre la región, los lugares a visitar y le da gusto compartir sus pequeñas anécdotas con nosotras. Incluso se tomará el tiempo de mostrarnos los mejores lugares para ir fuera de los caminos trillados, o incluso nos acompañará hasta allí.

En cambio, si vas a un hotel, la gente tiene más cosas que hacer que explicarte con detalle la historia de la ciudad y cogerte de la mano para pasearte por la zona.

Este es un gran golpe para su oponente, pero aún no ha terminado la batalla que te dirá para donde dormir. Continúa con una gran anécdota de Clarisse, una gran aventurera y entusiasta de las ciudades nórdicas:

"Cuando fui a Noruega, me alojé en casa de una habitante nativa y realmente sentí esa sensación de compartir. Me llevó a una pequeña calle que no parecía muy conocida ni turística y empezó a contarme su historia, la del pueblo y la del pequeño café que había allí. Me dijo que este café era su favorito, por la amabilidad de las personas que lo administraban y los sabrosos croissants que hacían. Sólo quería entrar y probar su especialidad.
Al compartir esto conmigo, sentí que estaba descubriendo la ciudad de una manera más íntima y me sentí cerca de mi anfitriona, a quien ahora veía más como una amiga que como una simple anfitriona. Mirando hacia atrás, esto es algo que nunca habría descubierto por mi cuenta yendo a los clásicos lugares turísticos que los hoteles o la oficina de turismo ofrecen.”

Dicho esto, en términos de tranquilidad o independencia, hemos visto cosas mejores. Lo que es seguro cuando vas a un hotel, es que tú decides lo que haces y estás realmente sola en tu habitación para compartir tu comida con nadie más que contigo misma si quieres. ¿Demasiado cansada para hablar? Si duermes en casa de un anfitrión, seguro que éste querrá que compartas tu día con él. Sí, dormir en casa de una persona local significa respetar sus normas. En el hotel, al menos, puedes desplomarte en la cama nada más llegar y comer solo en compañía del plato.

Es un punto intermedio para esta ronda, incluso el público parece mezclado. ¿Prefieres compartir y estar juntos, aunque signifique tener demasiado, o estar solo y tener tiempo para ti? Es difícil decidir si es una ventaja o una desventaja del couchsurfing.

Hay un empate en esta ronda, ¿quién ganará la siguiente? El suspenso está en su punto máximo...

Cuarta ronda: ¿Una estancia auténtica o turística?

El público se enloquece con este temible combate cuando se anuncia el cuarto asalto. El hotel se toma un último descanso para recuperar fuerzas antes de subir al ring decidido a ganar.

El hotel ataca, confiado en que asestará un golpe devastador a su oponente:

Con él, seguro que descubrirás los mejores lugares de la ciudad, o al menos los más turísticos. Se te aconseja sobre sitios o caminos fabulosos para explorar. Programas el despertador para las 7 de la mañana y te vas a recorrer la ciudad en autobús para descubrir los lugares turísticos.

Dormir en casa de un anfitrión local sube al ring, listo para doblar su apuesta:

Decidir para donde dormir y elegir la casa de un lugareño es optar por un viaje más auténtico. Nos atenemos al modo de vida de nuestro anfitrión y descubrimos cómo vive esta persona. Sus costumbres, propias de ellos o de la región, su estilo de decoración que destaca en las diferentes estancias de la casa, realmente entramos en la intimidad de esta persona que ha decidido regalarnos una pequeña parte de sí misma sin siquiera conocernos.

Aquí es donde se crea la conexión entre el anfitrión y nosotras como viajeras.

Si vamos a una expedición de un día y volvemos por la noche, habrá alguien que nos reciba y nos pregunte cómo ha ido, nos dé consejos para la próxima vez o nos indique la dirección correcta para nuestras futuras escapadas.

De alguna manera, es muy tranquilizador saber que alguien está ahí para nosotros si necesitamos ayuda esa ciudad, o incluso ese país, que no conocemos y esto es lo que, para mi gusto, es totalmente diferente de la experiencia que podemos tener cuando elegimos dormir en un hotel. Echas de menos ese aspecto humano y tranquilizador, te sientes segura.

"Lo que me hizo gracia cuando compartí la comida con mis anfitriones fue que era un plato típico para mí, no estaba acostumbrada a comer aquello. Estaba muy entusiasmada con lo que estaba probando, que era muy diferente a mi comida habitual y noté que les hacía sonreír. De hecho, me di cuenta de que esos platos que me parecían nuevos e increíbles eran bastante habituales para ellos y les encantaba ver que otras personas podían disfrutar de sus especialidades. Fue entonces cuando me di cuenta de que este viaje era una forma de abrirme a los demás, pero también de que mis anfitriones se abrieran a mí y, potencialmente, a otras regiones y países que no conocen. Al final, es enriquecedor para todos.” Corinne.

Difícil levantarse para el hotel, lo dio todo, pero no puede aguantar más...

Ding ding ding... es el final de esta épica lucha, gracias a todas las que habéis asistido y gracias al hotel y a dormir en casa de una persona local por este memorable espectáculo: ya sabes para donde dormir.

Como puedes ver, tengo preferencia por dormir en casa de un local, que gana aquí, pero el hotel sigue dando guerra y puede ser muy útil según el tipo de viaje que quieras hacer, o el tipo de mochilera que seas.

Dormir en casa de un local está bien, eso sí, después de recibir tantos golpes quizás sería mejor dormir en un hotel para que pueda recuperarse ;-)


👇 ¿APOYARNOS? COMPARTIR 👇


Traducido del francés por Leydis Durango Elles